Con camiseta nueva y tratando de cambiar la imagen en el torneo local, River visitaba a un Independiente que venía agrandado por su goleada en Copa Argentina. El Millonario ponía casi su 11 de gala, pero con el ingreso de Fonseca por Aliendro. Y rápidamente el Rojo se quedó con 10 por una plancha de López sobre Paulo Díaz a los 12 minutos del primer tiempo.
Todo parecía encaminarse a un triunfo, pero River nunca supo contrarrestar el orden táctico de Independiente y siempre caía en pérdidas o centros sin destino. Casi sin chances en ese primer período, lo más riesgoso para el local fue un tiro débil de Simón que se desvió en un defensor.
Para el segundo tiempo el Millonario trató de llevarse por delante al local, pero su juego intenso y por momentos agresivo, evitaron que se rompa el cero. Borja tuvo un mano a mano que Rey tapó con la cabeza, y luego otra vez el Colombiano fallaba un cabezazo entrando al área chica.
Sobre el final quedó tiempo para una polémica: el gol anulado al Rojo por una mano previa en la jugada. Las últimas: un zurdazo de Mastantuono muy alto, un centro de Bustos que no llegó a conectar Colidio y quizá la más cerca fue un remate desde afuera del área de Fonseca que rozó el palo derecho de Rey.
Está claro que River viene de un proceso en el cual lo aburguesaron al equipo y hoy con Gallardo no encuentra ni la finura ni la intensidad que el entrenador desea. Los cuartos de final de la Copa Libertadores están cerca, pero River no debe descuidar el torneo para poder clasificar a copas internacionales del próximo año, y para eso deberá amigarse con el gol.