Con la mira puesta en la revancha por la Copa Libertadores ante Talleres del próximo miércoles, el Millonario viajó a La Plata para enfrentar al Lobo. Gallardo decidió preservar a muchos de los que habían jugado, y jugarán, ante la T. Por eso se veía un River muleto, con las mayoría de jugadores que están teniendo menos minutos. Así y todo, cualquier equipo podría alistar a esos 11 y ser protagonista en cualquier torneo de la Argentina.
La cosa es que River no jugó bien y Gimnasia siempre estuvo más cerca de ganarlo. Sobre todo con Benja Domínguez, que a cada rato le hacía pasar malos momentos a Boselli. La primera la tuvo el Pata Castro, pero Casco llegó justo al cierre. Luego vinieron dos disparos de afuera: primero Pintado que otra vez encontró a Casco desviando la pelota y luego un gran derechazo de Fernández que hizo lucir a Ledesma, que la cacheteó al córner.
Y sobre el final del primer tiempo llegó la polémica: porque Domínguez conectaba al gol un buen centro desde la derecha, pero a instancias del VAR se cobró offside. En el segundo tiempo, y con 3 cambios, uno de ellos el de Meza que hacía su debut, River mejoró. Logró el juego asociado que necesitaba y lñuego de una jugada colectiva, Mastantuono lo encontró entrando al área a Nacho Fernández quién de zurda le cambiaba el palo al arquero y establecía el 1 a 0.
Pero cuando faltaban 6 minutos para el final, Colazo centró, Funes Mori se pasó y la pelota le cayó a Castillo quien remató a Ledesma: 1 a 1. Luego no hubo mucho más, lo cierto es que River pensaba más en la Copa que en otra cosa y así y todo mejoró su cara de visitante, algo que algunas semanas atrás no pasaba.