Córdoba fue testigo de un nuevo superclásico, esta vez con ambas hinchadas, cosa que no sucedía desde Madrid 2018, y de los cuartos de final de Copa de la Liga. El Millonario arrancó bien, y en los únicos buenos 15 minutos de todo el partido, abrió el marcador. Nacho Fernández lo puso a correr a Echeverri por el centro y en la puerta del área la soltó para Borja que definió al primer palo de Romero.
Boca no podía contrastar los arranques de Echeverri y le costaba todo en el mediocampo. En ese primer período, River no supo aprovechar su superioridad y sobre la campana del final, Advíncula desbordó a Aliendro y Enzo Díaz y soltó un centro atrás para la llegada de Merentiel para que estampe el 1 a 1.
El segundo tiempo se inició con la polémica de la tarde. Centro de Echeverri, Paulo Díaz la bajó, Enzo Díaz la metió la corazón de área y el rebota de Pol Fernandéz y Lema, se le metía a Romero, quien tiró el manotazo. La pelota pareció entrar y a instancias del línea, el árbitro convalidó el gol, pero actuó el VAR para anularlo.
En el complemento no se vio nada de lo venia haciendo River y Boca era mejor. Fue tan así que aprovechó los errores groseros de la defensa de River y luego de un fallido despeje de Herrera, Zenón puso un centro preciso que Cavani conectó de cabeza. Para el tercero, Boca volvió a recuperar una pelota perdida de Herrera, Gonzalez Pires falló en su marca y Merentiel lo puso mano a mano a Cavani. La buena respuesta de Armani no fue suficiente porque el rebote lo capturó Merentiel para poner las cosas 3 a 1.
El anecdótico gol de Paulo Díaz sobre el cierre no fue más que eso y River se despidió de la Copa de la Liga a manos de su eterno rival. Córdoba fue testigo de muchas cosas, pero también de un River dormido, desorientado y que nunca termina de convencer.